En que consiste el programa: El Plan Nacional de Salud Mental
y Psiquiatría tiene como, un aporte al desarrollo humano del país, el propósito
de “Contribuir a que las personas, las familias y las comunidades alcancen y
mantengan la mayor capacidad posible para interactuar entre sí y con el medio
ambiente, de modo de promover el bienestar subjetivo, el desarrollo y uso
óptimo de sus potencialidades psicológicas, cognitivas, afectivas y
relacionales, el logro de sus metas individuales y colectivas, en concordancia
con la justicia y el bien común.
Por qué nace este programa: Los países en vías de desarrollo
viven en la actualidad procesos de modernización acelerada, generándose cambios
en muchos aspectos de la vida que están llegando a ser condiciones que
desestabilizan el desarrollo y la salud mental de la población. En el perfil de
problemas de salud de estos países se entremezclan problemas de salud propios
de la pobreza con patologías características de una población que envejece. Las
enfermedades no transmisibles vinculadas a estilos de vidas, entre ellas,
muchos trastornos mentales, constituyen ahora el principal desafío para lograr
mejorías en morbimortalidad y en la calidad del mayor número de años de vida. Las
enfermedades mentales aumentan su prevalencia y son responsables de una parte
importante del sufrimiento, discapacidad y deterioro de la calidad de vida. En
la aparición y persistencia de los problemas de salud mental que afectan a la
población, no se encuentran solamente factores biológicos y demográficos.
Existen importantes aspectos psicosociales relacionados con las características
y exigencias de un medio social, económico y ambiental que afectan a hombres y
mujeres.
Bajo que políticas publicas está amparado: El programa de salud mental se enfoca en
tres políticas públicas en primer lugar la prevención, dirigidas a evitar,
retrasar la aparición o atenuar la severidad y duración de los trastornos de
salud mental en personas y grupos con mayor riesgo, en segundo lugar la
detección temprana y facilitación del acceso y continuidad del tratamiento y
por último la rehabilitación en personas y grupos que presentan trastornos
mentales y sus familias. La incorporación de enfermedades mentales al AUGE
también es una política que ampara este plan de salud mental.
Desde cuando está en marcha: En Chile, la prevalencia en la
vida de los principales trastornos mentales es de 36% y los más frecuentes son
la agorafobia (11,1%), la depresión mayor (9,0%), la distimia (8,0%) y la
dependencia del alcohol (6,4%). En general, estas afecciones explican 15% del
total de años de vida saludable perdidos por enfermedad. Esta situación
requiere necesariamente de una conducta activa por parte del Estado, lo que en
Chile se tradujo en la aplicación de estrategias de salud pública agrupadas en
dos planes nacionales de salud mental y psiquiatría puestos en marcha por el
Ministerio de Salud en los años 1993 y 2000. Con el primer plan se introdujeron
prácticas innovadoras que sirvieron de base para formular el segundo plan, que
estableció un modelo más elaborado de red de atención y de programas de
actividades que abarcaban los problemas prioritarios.
Que evolución ha tenido: A partir de la elaboración del primer plan, la
salud mental se ha incorporado paulatinamente a las prioridades de salud
pública de Chile. Entre otras medidas, la entidad de seguro público (FONASA) ha
definido nuevas actividades de salud mental con respaldo financiero; han
aumentado los fondos protegidos en el presupuesto de salud, tanto para la
compra de medicamentos como para la aplicación de programas específicos de
salud mental; las siete prioridades de salud mental han pasado a formar parte
de los objetivos sanitarios nacionales para la década 2000–2010; se incorporaron
las tres prioridades programáticas de salud mental a las enfermedades que
cuentan con garantías de atención en la nueva reforma de salud de Chile; y las
acciones de salud mental se incluyeron en la cuenta pública que el Ministerio
de Salud entrega cada año al país.
Hay alguna ley que lo contemple:
- Ley de derechos y deberes de los pacientes (ley 20.584)
- Derecho de las personas con discapacidad mental a un reconocimiento igual al de las otras personas ante la ley (Artículo 12 de la CDPD)
- Derecho de las personas con discapacidad mental a la protección contra la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes (artículo 15 de la CDPD)
- Derecho de las personas con discapacidad mental a vivir en forma independiente y a ser incluidos en la comunidad (Artículo 19 de la CDPD)
- Derecho de las personas con discapacidad mental a la educación (artículo 24 de la CDPD)
- Derecho de las personas con discapacidad mental a la salud (artículo 25 de la CDPD)
- Derecho de las personas con discapacidad mental a la habilitación y rehabilitación (Artículo 26 de la CDPD)
- Derecho de las personas con discapacidad mental al trabajo y empleo (artículo 27 de la CDPD)
- Derecho de las personas con discapacidad mental a un nivel de vida adecuado y protección social (artículo 28 de la CDPD)
- Derecho de las personas con discapacidad mental a participar de la vida política y pública (Artículo 29 de la CDPD)
Existe algún acuerdo internacional que se esté
cumpliendo con dicho programas: La Organización Mundial de la Salud
(OMS) reconoce la necesidad imperiosa de
reducir la carga que representan los trastornos mentales en todo el mundo y de
mejorar la capacidad de los Estados Miembros para hacer frente a un problema
que se agrava día a día. Es por esto que chile sigue un procedimiento basado en
la OMS para el programa de salud mental.
A que grupos está focalizado: Personas de 15 años y más que
sufren trastornos depresivos
Mujeres que sufren violencia intrafamiliar.
Población menor de 20 años con consumo perjudicial y dependencia de alcohol y
drogas que pueda beneficiarse del Plan Ambulatorio Básico y su seguimiento
Problemas asociados al consumo de sustancias psicoactivas, entregar información
y consejería para el auto cuidado y proporcionar a población consultante de 10
y más años de edad.
Beneficiarios del
programa
Familiares de
Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos.
Personas que se individualizan en Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión
Política y Tortura.
Aquellas personas acreditadas como beneficiarias hasta el 30 de agosto del
2003, inclusive, Aquellos que trabajaron en la protección de Derechos Humanos
por un periodo contínuo de 10 años.
Personas calificadas por exoneración política.
Retornados del exilio político.
Otras situaciones que el equipo PRAIS evalúe como prioritarias de acuerdo a lo
señalado en la Norma Técnica, con consulta al Ministerio de Salud.
Metas-Objetivos: Las actividades del
Programa de Salud Mental y Psiquiatría se basan en la evidencia existente
respecto a la efectividad y costo de las intervenciones para cada una de las
prioridades, en las opiniones de expertos nacionales y en normativas técnicas
internacionales.
Sus objetivos específicos son los siguientes:
♦ Desarrollar factores
protectores de la salud mental en la población beneficiaria.
♦ Evitar o retrasar la aparición
de enfermedades mentales prevenibles.
♦ Detectar y tratar precozmente
las enfermedades mentales mediante intervenciones de costo efectividad
sustentada en evidencia.
♦ Mejorar la calidad de vida de
los pacientes con enfermedades mentales de larga evolución y de sus familiares
y/o cuidadores.
El programa tiene el propósito de servir de instrumento
orientador de la programación de los recursos y prestaciones del sistema,
definiendo un conjunto de actividades básicas para dar respuesta a las
necesidades de atención de una población determinada. Son coherentes con las
actividades definidas en la Norma Técnica “Organización de una Red de Servicios
de Salud Mental y Psiquiatría”. La programación de estas actividades en los
distintos dispositivos de la red debe permitir que las personas accedan a las
que necesiten, en el lugar y por el equipo más cercano a su residencia. Por lo
tanto, el establecimiento donde se realice cada una de ellas debe estar
claramente definido para un sector poblacional, el que puede variar en el
tiempo, ya que dependerá de la planificación y los recursos de la red local de
servicios.
¿Que canasta de prestaciones contempla este programa a nivel primario, secundario y terciario?
Actividades de Nivel Primario de Resolución Para ser
realizadas por el Equipo de Salud General (incluyendo Psicólogo) en
Consultorios, Centros de Salud, Centros de Salud Familiar, consultas de médicos
generales, Centros Comunitarios de Salud Mental Familiar (COSAM).
Actividades para la articulación entre el nivel primario y
secundario.
Para aumentar y mantener la capacidad resolutiva del nivel
primario y evitar la sobrecarga del nivel de secundario, se requiere que los
especialistas asesoren de manera continua a los equipos del primer nivel de
atención. De esta forma los equipos de salud general reciben información y
adquieren habilidades para realizar en forma efectiva todas las acciones del
programa para la promoción, prevención, detección, tratamiento, rehabilitación
y derivación. Esta asesoría se realiza a través de la siguiente prestación o
actividad.
Como
ha sido su resultado en los últimos 15 años: Los avances logrados en Chile en los últimos 10
años, como el desarrollo de la red de centros de salud mental y la puesta en
marcha de programas en diferentes niveles del sector público de salud, son el
resultado de la aplicación de un nuevo modelo de atención comunitario en salud
mental y psiquiatría. El Plan Nacional ha sido un elemento fundamental en este
proceso, ya que ha permitido a los especialistas en salud mental demostrar a
los salubristas y a las autoridades sanitarias cómo se puede responder a las
necesidades de salud mental de la población con acciones basadas en datos
probatorios y que se pueden generalizar a todo el país. El Plan Nacional de
Salud Mental y Psiquiatría promovió la inversión en nuevos recursos y la
reconversión de los recursos de los servicios tradicionales de psiquiatría. El
nuevo modelo de atención de salud mental y psiquiatría se ha insertado en el
sector público de salud chileno gracias a que ha pasado a formar parte de los
objetivos sanitarios nacionales y de las metas del proceso de reforma del
sector de la salud. La consolidación de este modelo y su continuo desarrollo
futuro aún están amenazados por la falta de respaldo legal específico y por la
falta de recursos. Uno de los mayores logros observados durante la puesta en
marcha del Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría fue la contribución de
miles de usuarios, familiares, técnicos y profesionales a lo largo de todo el
país. Con su motivación, dedicación y creatividad fueron capaces de encontrar
caminos concretos para hacer funcionar los nuevos programas y redes y
alimentaron con sus experiencias las estrategias nacionales, tanto de gestión
como de atención sanitaria. Esta enorme contribución se ha visto limitada, sin
embargo, por la insuficiente formación en materia de salud mental y psiquiatría
de los egresados de las universidades e institutos profesionales,
particularmente en relación con el modelo comunitario. Esto provoca, por lo
general, que los técnicos y profesionales que se incorporan al sector público
de salud, ya sea después de graduarse o porque desean seguir el modelo
comunitario de atención sanitaria, deban adquirir las habilidades necesarias
sobre la marcha del trabajo y no cuenten con la capacidad de respuesta
necesaria para satisfacer las necesidades de los usuarios. En este sentido, una
de las debilidades principales del Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría
es no haber previsto la creación de una estructura dedicada al desarrollo de
recursos humanos que contemple tanto la formación profesional especializada
como la oferta de incentivos por trabajar con el nuevo modelo de atención. El
análisis de los indicadores demuestra que los beneficiarios del sector público
de salud en Chile tienen ahora más acceso a los servicios de salud mental que
antes del establecimiento del nuevo modelo de atención comunitaria, han ganado
en cobertura sanitaria y reciben servicios de mayor calidad. Estas mejoras se caracterizan
además por su carácter integral, tanto en los servicios de atención primaria
como en los especializados. El nuevo modelo de atención utiliza intervenciones
farmacológicas y psicosociales con enfoques preventivos, curativos y de
rehabilitación, basados en el trabajo integrado de equipos multidisciplinarios.
Otro resultado importante ha sido la cooperación establecida entre el sector de
la salud y otros sectores de la sociedad. Si bien los indicadores presentados
están aún lejos de los niveles alcanzados
en países desarrollados y de los que espera la población chilena, los
resultados obtenidos demuestran que las medidas tomadas han ayudado a reducir
significativamente los síntomas y a elevar el grado de satisfacción, la calidad
de la vida y las habilidades sociales de los usuarios.
Guia Clinica Resumen
Referencias
- http://web.minsal.cl/portal/url/item/71e4f2dd2b628460e04001011f01239d.pdf
- http://www.scielosp.org/pdf/rpsp/v18n4-5/28097.pdf
- http://www.serviciodesaludaconcagua.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=51&Itemid=71
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