En que
consiste el programa: El Programa
Nacional de Inmunizaciones (PNI) está destinado a prevenir morbilidad,
discapacidad y mortalidad por enfermedades infecciosas transmisibles
inmunoprevenibles y está compuesto por un conjunto de vacunas destinadas a
proteger a la población, las cuales han sido definidas como bien público. La
vacunación es la administración de productos inmuno-biológicos, destinados a
lograr la inmunización, que es protección específica frente a enfermedades
infecciosas para las cuales existen vacunas. El Programa Nacional de
Inmunizaciones posee un enfoque integral y tiene como objetivo prevenir
morbilidad, discapacidad y muertes secundarias a enfermedades
inmunoprevenibles, a lo largo de todo el ciclo vital.
Por qué
nace este programa: La viruela fue la primera
enfermedad que el ser humano intentó prevenir inoculándose a sí mismo con otro
tipo de enfermedad. En 1796, durante el momento de mayor extensión del
virus de la viruela en Europa, un médico rural de Inglaterra, Edward Jenner, observó que las recolectoras de leche adquirían
ocasionalmente una especie de viruela de vaca» o «viruela vacuna, por el
contacto continuado con estos animales, y que luego quedaban a salvo de
enfermar de viruela común. Efectivamente se ha comprobado que esta viruela
vacuna es una variante leve de la mortífera viruela «humana. Los primeros
esfuerzos para introducir una vacuna en Chile datan de comienzos del siglo XIX
con la vacuna antivariólica. En 1918 se lleva a cabo una vacunación masiva contra
la Viruela, la que fue seguida de campañas intermitentes. Con posteridad se
introdujo la vacunación contra Tuberculosis (BCG, 1949).
Bajo
que políticas publicas está amparado: Actualmente, el
Departamento de Inmunizaciones creado formalmente en el año 2011, proporciona
en forma gratuita las vacunas contenidas en el Programa Nacional de
Inmunizaciones (PNI) a los que tiene acceso garantizado toda la población según
Decreto de Obligatoriedad vigente.
Desde
cuando está en marcha: en 1978 se establece el Programa Ampliado de
Inmunizaciones, intervención coherente con la recomendación de la Asamblea
Mundial de la OMS de 1974.
Que
evolución ha tenido: En 1974. Este programa
incorporaba las vacunas BCG, Polio, Difteria, Tétanos, Tos Ferina y Sarampión.
Actualmente, el Departamento de Inmunizaciones creado formalmente en el año
2011, proporciona en forma gratuita las vacunas contenidas en el Programa
Nacional de Inmunizaciones (PNI). Dentro de los antígenos que se encuentran en
el PNI están: BCG, Polio, Difteria, Tétanos, Tos Convulsiva, Sarampión,
Rubéola, Parotiditis, Hepatitis A, Hepatitis B, Haemophilus influenzae b,
Neumococo, Meningococo, Rabia, y Virus Papiloma Humano.
Existe
algún acuerdo internacional que se esté cumpliendo con dicho programas: El Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) se basa en una resolución
WHA 2757 aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud en Mayo de 1974. Esta
iniciativa, resultado de una acción conjunta entre las naciones del mundo, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la
Salud (OPS), planteó como estrategia esencial para lograr el objetivo de salud
para todos en el año 2000, la prevención de las enfermedades transmisibles en
la población infantil, a través del uso de vacunas disponibles.
A que
grupos está focalizado: A recién nacidos, lactantes de 2 a 4 meses; 6
meses; 12 meses; 18 meses; niños de 1ª básico, 4ª básico, 8ª básico y adultos
de 65 años.
Que
metas de salud u otras tiene contempladas (se puede sacar de los objetivos
sanitarios, de qué forma se vigila su cumplimiento (si hay datos con sus
indicadores, de las orientaciones programáticas o de los objetivos sanitarios,
incluirlas): Su fin es contribuir a mantener y mejorar
la salud de la población y su propósito es disminuir o mantener la morbilidad y
mortalidad por enfermedades transmisibles prevenibles por vacunas
(inmunoprevenibles) que han sido definidas como problema de salud pública en Chile,
en concordancia con recomendaciones internacionales.
Para lograr la inmunización de la población y
controlar el riesgo de brotes epidémicos se requiere vacunar un porcentaje alto
de la población, de alrededor 90%, definido como “cobertura técnica”, de
acuerdo a la evidencia científica.
El Programa se cumple a través de la
producción de 3 componentes:
Componente 1: Personas inmunizadas contra las
enfermedades transmisibles prevenibles por vacunas de acuerdo a normas
técnicas, según tipo de vacuna. Componente 2: Recomendaciones, normas e
instructivos de vacunación actualizados y en uso en todos los niveles del
programa y personal capacitado para su correcta aplicación.
Componente 3: Programas y campañas de
comunicación social educativas a la comunidad realizados.
El proceso de vigilancia lo realiza el Sub departamento
de Farmacovigilancia del Instituto de Salud Pública, en conjunto con el
Departamento de Vacunas e Inmunizaciones, participando en la vigilancia de
supuestos efectos adversos a la vacunas denominados ESAVI (supuestamente
atribuibles a vacunación e inmunización) y de posibles errores programáticos
que puedan ocurrir en los procesos de distribución, almacenamiento y
administración de la vacunas, cumpliendo con mantener y asegurar que las vacunas
entregadas sean de la mejor calidad, seguras y eficaces.
Que canasta
de prestaciones contempla dicho programa a nivel primario, secundario y
terciario (van a existir programas que se encuentres solo en algunos niveles) estos contempla los establecimientos
de atención primaria de salud y vacunatorios privados en convenio.
Como
ha sido su resultado en los últimos 15 años: Al comparar la morbimortalidad de las enfermedades
con la situación previa al inicio de la vacunación programática respectiva se
observa el gran impacto del programa, con tasas de morbimortalidad que, a
partir de la década de los 60, muestra descensos dramáticos de los casos y las
muertes que se asocian de forma estadísticamente significativa con los momentos
de introducción de las vacunas y las coberturas poblacionales alcanzadas. Es el
caso, por ejemplo, de la mortalidad por BCG que desciende de 154 a 1,4 o de la
incidencia y mortalidad por sarampión que bajan de 493 y 30,7 a 0,03 y 0,
respectivamente, lo que nos ubica en plena fase de erradicación. Durante los 4 años del período evaluado las tasas
son muy semejantes, con algunas excepciones, entre ellas la influenza que
presenta un gran incremento en 2009 debido al brote pandémico. Se observa,
asimismo, un aumento de incidencia de tos ferina en el año 2011 que ha
continuado el año 2012 y que ha originado una respuesta sanitaria focalizada en
las regiones de mayor incidencia y un incremento de la incidencia de hepatitis
B, fenómeno que debe ser monitorizados.
Resumen de Guia Clinica según corresponda:
No hay comentarios:
Publicar un comentario